viernes, 3 de enero de 2014

Israel Vega en Artelista.



Adquirir una obra de arte es una oportunidad de inversión, ya que tiene gran probabilidad de incrementar su valor debido a la calidad de los artistas y al reconocimiento nacional e internacional del que gozan.


Si algo ha quedado claro en estos últimos años es que las formas tradicionales de inversión se mueven en un mercado que a veces es demasiado volátil: fondos de inversión, de renta variable,mercado de divisas

Frente a ellas, cobran popularidad otras formas de inversión en activos tangibles, tales como la inversión en oro o la inversión en obras de arte.

Tanto en uno como en otro caso, el objeto de la inversión obra en poder del inversor, colgado en la pared de su salón. Y en muchas ocasiones, con rendimientos superiores al 15% pasados unos años.

Prácticamente, cualquier obra de arte es susceptible de ser adquirida como inversión: instalaciones,fotografía, pintura, escultura… Pero de entre todas ellas, algunas son más rentables que otras.




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