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Autorretratos por Israel Vega del 2003 al 2013. |
Una de las funciones del arte es
testimoniar, expresar, contar cómo somos. Por ejemplo, gran parte de los datos
de las culturas primitivas se han obtenido por medio de la observación y
estudio de las escenas pintadas o dibujadas en las cerámicas, en las paredes de
viviendas y edificaciones, en decoraciones de prendas y utensilios textiles.
En estos elementos, artistas y artesanos anónimos reprodujeron
escenas de los pueblos donde vivían y dejaron su huella en la historia humana,
especialmente en los tiempos en que no había escritura.
El autorretrato son imágenes ya sea pintura, escultura o fotografía con las características físicas y psicológicas del artista, considerado como uno de los ejercicios de análisis más profundos que puede hacer un artista. Implica escrutarse el rostro y conocerse hasta tal punto que la expresión que tenga en ese momento se traduzca en el dibujo o la pintura que aborda. Si la intención de un
autorretrato se hace con fines artísticos, el talento e intenciones
de los artistas con frecuencia van más allá, es decir, muchos llegan a mostrar
aspectos relacionados con el carácter, la personalidad,
los gustos, los intereses, el trabajo o posición social, el autoconocimiento,
experiencia de vida, rol y sexualidad.
El autorretrato también puede ser muy engañoso, incluso para el
mismo artista, ya que este mismo debe de ser puro y real, incluso el mismo
artista puede caer en la mentira del autoengaño y mostrase como un ser irreal.
El autorretrato consta de una frialdad mental y emocional durante el proceso de
autoconocimiento profundo, para poder enfrentarse, aceptarse y finalmente
mostrarse como lo que realmente es, con sus características físicas,
psicológicas, los rasgos de su carácter y su lado íntimo, en una representación ya sea figurativa o abstracta.